En el siglo XX la presencia de las enfermeras en las contiendas se hace cada vez más fuerte y, gracias a ellas, surge la nueva forma de entender el entorno hospitalario y los cuidados higiénicos y asistenciales. Por ello, merece la pena destacar la figura de Florence Nightingale que fue la verdadera fundadora de la enfermería moderna con su forma de tratamiento de los enfermos y heridos durante la guerra de Crimea. Por lo que, ha sido considerada la más grande enfermera de guerra de la historia, encargada de introducir las ciencias de la salud en los hospitales militares, reduciendo la tasa de mortalidad del ejército británico de 42% al 2%. Llevó a cabo protestas contra el sistema de pasillos de los hospitales y luchó por la creación de pabellones; poniendo de manifiesto la relación entre la ciencia sanitaria y las instituciones médicas. Después de la guerra funda la escuela de enfermeras Nightingale, para enfermeras en formación; y con el dinero recibido como tributo a su labor, crea la Escuela de Formación Nightingale en el Hospital de St. Thomas. Gracias a su esfuerzo, Florence Nightingale hizo renacer y recuperó de las tinieblas a la enfermería; ya que sirvió de modelo para otras escuelas y elevó la enfermería de la degradación y la deshonra al rango de profesión respetable para las mujeres, así como, supuso la inauguración de un nuevo estilo de vida para estas.
http://www.mujeryciencia.es/2008/05/02/enfermeras-de-guerra/
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